La reunión gira en torno al éxodo, y al concepto de libertad: qué es lo que nos da libertad y qué nos la quita.
Tendremos muy presente el siguiente lema "NADA QUE ME ATE, QUE NO SEA PARA AMAR". Frase pronunciada por Pepín, el fin de semana de convivencia en Escuelas para la vida. Queríamos que no se perdiera ese espíritu de la convi y unir de alguna manera con lo que seguía. Es más fácil si os resumo punto por punto las actividades:
1. Juegos para ir desarrollando la confianza dentro del grupo:
Nos colocamos todos en círculo menos uno que se le vendan los ojos. Va siendo empujado y recogido por el resto, en los que deposita su confianza para no caer.
Juego tipo lazarillo. Por parejas a uno se le vendan los ojos, y el otro le tiene que guiar por la parroquia. Le puede dar un paseo por las capillas, por la cripta, por la calle hasta la cruz para que pueda "ver" con los ojos vendados y con la ayuda y la confianza puesta en el otro. Con el tacto, el olfato, etc.
2. Los chavales tienen que dibujar en dos cartulinas el lema mencionado anteriormente. Con témperas o pintura de dedos, escrbir la frase, y decorarlo con dibujos que simbolicen aquello que han sentido en la convivencia.
Desgraciadamente el tiempo se nos agotó con las tres actividades anteriores, y no dio tiempo a realizar los dos pasos siguientes que dejamos para la próxima reunión:
4. Oración en la capilla donde dispondremos el cartel y velitas alrededor. Leeremos un texto del Éxodo referente a la libertad que Dios confiere al pueblo de Israel mediante Moisés. Haremos constar que así como los alumnos de escuelas para la vida se liberaban mediante el amor, nosotros nos liberamos mediante Dios, lo que para los cristianos es lo mismo. Pensaremos aquellas cosas que les ataban a los alumnos de escuelas para la vida.
Entonces, iremos poco a poco pidiéndole a Dios que nos desate de todo aquello que impide amar. Nos iremos quitando las cintas y colgándolas a modo de flecos sobre el cartel.
5. Terminaremos la oración con una danza contemplativa, y pasaremos al local para recoger y colgar de la pared nuestro cartel con el lema que tendremos presente el resto del año.
Tendremos muy presente el siguiente lema "NADA QUE ME ATE, QUE NO SEA PARA AMAR". Frase pronunciada por Pepín, el fin de semana de convivencia en Escuelas para la vida. Queríamos que no se perdiera ese espíritu de la convi y unir de alguna manera con lo que seguía. Es más fácil si os resumo punto por punto las actividades:
1. Juegos para ir desarrollando la confianza dentro del grupo:
Nos colocamos todos en círculo menos uno que se le vendan los ojos. Va siendo empujado y recogido por el resto, en los que deposita su confianza para no caer.
Juego tipo lazarillo. Por parejas a uno se le vendan los ojos, y el otro le tiene que guiar por la parroquia. Le puede dar un paseo por las capillas, por la cripta, por la calle hasta la cruz para que pueda "ver" con los ojos vendados y con la ayuda y la confianza puesta en el otro. Con el tacto, el olfato, etc.
2. Los chavales tienen que dibujar en dos cartulinas el lema mencionado anteriormente. Con témperas o pintura de dedos, escrbir la frase, y decorarlo con dibujos que simbolicen aquello que han sentido en la convivencia.
3. Una vez terminado el cartel mural, nos sentamos en la mesa y sacamos una bolsa con trozos de tela que disponemos delante. Surge un debate entorno a cosas que nos atan. Por ejemplo, preguntamos "¿quién de vosotros duerme con el móvil encendido en la mesilla por la noche?""¿Quién se siente inseguro o desconectado del mundo si no tiene cobertura? ¿Quién conecta el msn o tuenti todos los días? ¿Quién consume a menudo cosas que no necesita? ¿Qu
ién no cuenta a sus amigos que vienen a una parroquia? ¿Os importa el qué dirán? Intentaremos que vayan dándose cuenta de todas aquellas cosas que les atan. Cuando alguien comparta algo que le ata, debe coger una cinta, escribir con un rotulador una palabra "Consumo" "Móvil" "El qué dirán", y atarse la cinta entre dos dedos de una mano. Con la segunda, se atarán los cuatro dedos. Con la tercera y la cuarta harán lo mismo en la otra mano. Con la quinta se atarán las dos manos por las muñecas. Como cada vez será más difícil escribir y atarse, pedirán ayuda a sus compañeros que estén más liberados.

Desgraciadamente el tiempo se nos agotó con las tres actividades anteriores, y no dio tiempo a realizar los dos pasos siguientes que dejamos para la próxima reunión:
4. Oración en la capilla donde dispondremos el cartel y velitas alrededor. Leeremos un texto del Éxodo referente a la libertad que Dios confiere al pueblo de Israel mediante Moisés. Haremos constar que así como los alumnos de escuelas para la vida se liberaban mediante el amor, nosotros nos liberamos mediante Dios, lo que para los cristianos es lo mismo. Pensaremos aquellas cosas que les ataban a los alumnos de escuelas para la vida.
Entonces, iremos poco a poco pidiéndole a Dios que nos desate de todo aquello que impide amar. Nos iremos quitando las cintas y colgándolas a modo de flecos sobre el cartel.
5. Terminaremos la oración con una danza contemplativa, y pasaremos al local para recoger y colgar de la pared nuestro cartel con el lema que tendremos presente el resto del año.
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